A mí me parece increíble cómo los padres o abuelos pueden verdaderamente influir de manera positiva en sus hijos o nietos, con respecto al buen uso del dinero, a cómo ganarlo, a cuidarlo, y cómo administrarlo.
Es por ello, que les escribo hoy esta historia, y espero les guste.
Recuerdo tener alrededor de ocho o nueve años, solía ir todas las tardes después de la escuela a casa de mi abuelita. Ella era una mujer bella en todos los aspectos, era amable, cariñosa, tranquila, llena de una profunda paz, sencilla, suave muy suave en el trato a los demás. Caritativa, espontánea, cuidadosa, amorosa. Bueno ella tenía todos los rasgos de una linda abuelita, pero el rasgo que más sobresalía entre tanta dulzura era que ella era muy emprendedora y trabajadora. Nació para hacer negocios. Siempre estaba haciendo ventas, vendía de todo.
Recuerdo que vendía desde su casa, en la cual, la parte frontal era dedicada al negocio, y después estaba el espacio que dedicaba a su familia. Todo lo que alguien buscaba lo encontraba siempre en casa de mi abuelita. Ella se llamaba Rosita, y todos le decíamos “Tita”.
Yo la admiraba tanto, porque siempre tenía tiempo para todo, mientras cuidaba de mi abuelo o de mí después de la escuela, siempre había tiempo para vender en su negocio y para hacer algo rico de comer.
Todos los días, muchas personas de la colonia donde ella vivía, llegaban a comprar diferentes cosas que ella vendía, no recuerdo que algún día un cliente se fuera sin lo que había llegado a comprar, y si no había por alguna razón, terminaba comprando cualquier otra cosa.
Cada vez que vendía algo, el dinero que ganaba en monedas o billetes era guardado en una gaveta de la cual, colgaba una llave, que tenía en un mueble del comedor. En la foto pueden ver el mueble original con la gaveta de Tita.
Tita siempre guardaba su dinero en el mismo lugar, siempre olvidaba poner llave a la gaveta, por lo que, mi abuelo y yo siempre sabíamos lo que ahí había, ¿y quieren que les diga algo? Esa gaveta siempre estuvo repleta de mucho, mucho, mucho dinero. A mi corta edad, yo sin saberlo, ya había entendido los conceptos más importantes de las finanzas, ganar dinero, gastarlo, invertirlo, generar ganancias, ahorrarlo, y sobre todo aprendí a ver el dinero en abundancia. Lo más importante de las finanzas lo vivía a todo color cada día de mi vida y estoy muy agradecida por ello.
El único concepto que no aprendí en esa época fue pedir prestado, ya que ella no tuvo necesidad de hacerlo, siempre tenía para reinvertir y para ahorrar. Estoy segura de que ella, era muy buena administrando todo su dinero.
Pero bueno, volvamos a la gaveta. En ella se guardaba todo el dinero generado durante la semana, por lo que, de lunes a domingo ésta, se mantenía llena de billetes y monedas. Recuerdo que mi abuelito cuando necesitaba que yo hiciera algún mandado, como ir a la librería por cosas que yo necesitaba para la escuela, me decía: “Hijita busca en la gaveta de Tita y ve a comprar lo que te haga falta para tu tarea”. Yo primero le pedía permiso a mi abuelita y después sacaba de ahí lo que necesitaba para ir a comprar. Para mí abrir esa gaveta era como haber encontrado un gran tesoro, una fuente de seguridad, no sabía qué cantidad había ahí, pero al ver tanta, yo generé en mi interior un gran sentido de la abundancia, producto de su esfuerzo, esmero, trabajo y sabiduría para hacer negocios.
Por lo que, yo siempre he tenido una valoración muy positiva acerca del dinero, de su ingreso en abundancia, de prosperidad, de bienestar. Definitivamente ella me marcó grandemente desde mi infancia, en mi relación con el dinero.
Otra de sus cualidades que marcó grandemente mi personalidad financiera, fue ver cómo ella no le tenía miedo a nada, ella siempre se aventuraba a crear nuevas fuentes de ingresos para su negocio, si un cliente le pedía algo que ella no tenía, buscaba la forma de invertir en traerlo a la tienda y ponerlo a su disposición y cuando volvía a regresar a buscar otra cosa, le decía que ya tenía aquello que necesitaba la vez anterior, y así iba ampliando su negocio.
Ella siempre veía la vida de una forma tan positiva, emprendedora, independiente, audaz e inteligente, muy buena administradora. Y realmente estoy segura de que marcó mi vida desde la niñez hasta el día de hoy. Me siento tan orgullosa de haber tenido a mi lado a una mujer tan increíble que me enseño tanto.
Les cuento esta historia, ya que muchas veces no nos damos cuenta cómo vamos dejando huella, en nuestros hijos y nietos y cómo ellos además de tomar decisiones financieras propias en su futuro, siempre llevarán esa marca que nosotros dejamos en ellos.